jueves, 19 de febrero de 2009

El desquite de Eduardo



Birmingham, 23 de febrero de 2008. El Arsenal de Arsène Wenger disputaba un partido de la Premier League frente al equipo local. Los londinenses, flamantes líderes de la liga inglesa, acudían a Saint Andrews en busca de un nuevo triunfo que certificase su dominio en el campeonato frente a los petrodólares del Chelsea y la solvencia del Manchester United.Eduardo da Silva, la gran apuesta de Wenger para maquillar el vacío dejado por la salida de Thierry Henry en verano, no olvidará nunca aquella tarde. Transcurría el minuto tres de partido y el Arsenal buscaba con ahínco la portería del Birmingham. El futbolista croata, de origen brasileño, recibió el esférico, lo acomodó en su bota izquierda, alzó la vista y se perfiló para ganar metros y tomar ángulo de disparo. Sin apenas tiempo para reaccionar, Eduardo se topó con la rocosa figura de Martin Taylor, un zaguero de cuestionable reputación cercano a los noventa kilos, que proyectó su pierna derecha violentamente contra el tobillo del delantero(como se ve en la imagen de arriba).La grada de Birmingham se estremeció. El chasquido procedente de la fractura de la pierna de Eduardo dejó helados a los seguidores y a los futbolistas presentes en el terreno de juego. Flamini, por entonces volante del Arsenal, recriminó la brutal entrada a Taylor, que balbuceaba intentando ofrecer una explicación medianamente creíble para justificar su agresión. Eduardo quedó tendido sobre el campo, dolorido, con la tibia y el peroné fracturados y la pierna arqueada. La acción fue de tal gravedad que la televisión británica decidió no emitir las imágenes, que retrataban el tobillo de da Silva hecho trizas. Su carrera estaba en entredicho.El lunes, casi un año más tarde y después de interminables sesiones de recuperación, Eduardo recuperó la sonrisa. Volvió a sentirse futbolista. El croata se enfundó la camiseta de los gunners, se calzó las botas y saltó al césped del Emirates Stadium para jugar un partido de la Cup frente al Cardiff. da Silva no sólo participó en la victoria del Arsenal, sino que anotó dos goles que confirman su resurrección. Visiblemente emocionado, abandonó el terreno de juego en el minuto 67' en medio de una calurosa ovación de los supporters londinenses, que presenciaron el abrazo entre el futbolista y su preparador físico, Tony Colbert.Lo dice Wenger, Eduardo ha vuelto. El fútbol le debía una segunda oportunidad.

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